Hay egoísmo y egoísmo. No me refiero a no prestar algo (un libro). O a no ceder parte de algo que es tuyo para que otro también lo tenga (el tiempo). Me refiero a tu vocación, que no siempre coincide con tu profesión que no siempre es para toda tu vida, como nos hicieron creer en algún momento.
Pero si llegara a ser así, si la profesión que elegiste llegase a ser para toda tu vida, más vale que sea lo que VOS elegiste y no lo que eligió alguien más porque tiene una buena salida laboral o porque es un trabajo seguro o porque es lo que hicieron tu padres y abuelos.
En el transcurso del último año tuve varias consultas sobre cómo reorientar lo que comunicamos cuando hay un cambio importante a nivel profesional: abandonar la carrera que iniciamos al salir del secundario y luego continuamos a través de la experiencia laboral para hacer otra cosa completamente distinta. Esto es algo central en la comunicación de la marca personal.
Una ex contadora que ahora es programadora y le va bien. Una comunicadora que ahora es chef y lo disfruta mucho más. Un ingeniero que está mudando a veterinario. Entre otros. La mayoría de las veces las consultas hacen foco en dos cosas: cómo plantearlo en el currículum/Linkedin y cómo comunicarlo a la familia y amigos.
Por qué? Por temor a que lo primero impacte en sus oportunidades en el mercado laboral y lo segundo genere críticas o cuestionamientos de parte de otras personas. Sobre todo cuando ya estás en los cuarentas.
Resumiendo: elegí vos tu profesión y si querés o tenés que cambiar, cambiá. No está mal cambiar. Está mal quedarte en algo que no te hace feliz el resto de tu vida.
Un abrazo, Franco.