En el camino fui descubriendo que a veces el hecho de reconocer un error nos da más miedo que tener que decírselo a nuestro superior inmediato. Entonces, salvo que él sea Lord Voldemort, el T1000 o el Agente Smith, con prepararnos un poco debería ser más que suficiente.
La semana pasada compartí 5 tips breves para dar una mala noticia a un jefe, pero tenía en mente ahondar un poco más en el asunto. Y como lo prometido es deuda, acá dejo 7 consejos y un Bonus track.
Primero: no postergar lo impostergable. Mientras más tiempo pase, puede que más grave sea el daño y en este caso, mientras antes tomemos cartas en el asunto, mejor. A la par de esto, debemos considerar que a esta altura, quizá haya que tomar otro tipo de decisiones para salvar la situación. No se trata sólo de una acción de reporting sino de management.
Segundo: ser oportunos. Elegir momento y lugar apropiado. Lo ideal sería en privado, tranqui y coan tiempo para hablar. Una vez cometí el error de hacerlo justo antes del horario de salida. Mi jefe y dos compañeros tuvieron que cambiar los planes que tenían al salir del trabajo 🙁
Tercero: simple y concreto. Tenía que lograr esto, hice esto y resultó lo otro. Estoy tratando de resolverlo y quiero que estés al tanto. Quizá algunas cosas ya se complicaron demasiado como para hacerlo más complejo aún. Algunas claves del Principio KISS pueden servir.
Cuarto: posibles soliciones. Si la pelota todavía está de tu lado de la cancha, es bueno presentar el problema y cómo resolverlo. Pero cuidado: enfócate en el problema para que todos comprendan bien de qué se trata y luego de analizarlo, elegir la mejor decisión. Agradezco el aporte de Costanza Jaccard y Verónica Busso por las sugerencias para este punto 😉
Quinto: asumir la responsabilidad. No hay nada malo en reconocer el error, pedir disculpas si corresponde y buscar solucionarlo. Todo lo contrario, es profesional. Qué no es profesional: exagerar el pedido de disculpas, buscar excusas o echarle la culpa a otros. Si algo salió mal por culpa de otro, la responsabilidad de solucionarlo sigue siendo tuya. Mirá este video de Will Smith para comprender la diferencia entre culpa y responsabilidad.
Seis: priorizá lo racional. En situaciones de crisis lo peor (casi siempre) que podemos hacer es tomar decisiones emocionales. Sé lo suficientemente racional como para tomar las riendas de la situación. Sé el tipo de persona que querrías tener como jefe en situaciones así.
Siete: enfócate en la solución. Luego de analizar el problema, lo mejor es concentrarse en las soluciones. Una buena idea es aplicar la Ley de Pareto, la regla del 80/20 que suele venir bien en las reuniones: 20% del tiempo analizando el problema, 80% para la toma de decisiones.
Bonus track: lo ideal sería que haya un feedback permanente entre vos y tu jefe, de esta manera si algo sale mal, es más fácil realizar correcciones sobre la marcha.
Como siempre, este post está abierto a sugerencias. Me gusta escuchar otros puntos de vista, así que te invito a participar.
Gracias por leer!