Cultura organizacional colaborativa

4 ventajas de gestionar la cultura organizacional

 

Seguro conocen la frase “Una manzana podrida pudre todo el cajón”. Quizá sea una máxima ineludible en la naturaleza, pero no puede aplicarse de la misma manera a nivel institucional. Hacerlo sería asumir que la cultura organizacional es tan débil que resulta permeable a la voluntad de un solo individuo. Si esto pasa (claro que pasa!) el problema no es la manzana sino el cajón.

Si la cultura organizacional no se gestiona a conciencia, desde la dirección, termina formándose a partir de la suma de los rasgos de sus miembros, de lo que va surgiendo según el contexto (el problema se agrava si estamos “de malas”). Lógicamente, resulta en algo heterogéneo y sin engranajes que hace aún más complejo llevar a la organización hacia un objetivo. Por el contrario, una cultura sólida y homogénea repele los patrones que no le son propios, incluso desde el mismo proceso de selección.

Si vos que estás leyendo esto sentís que estás en una posición similar no bajes los brazos, todo lo contrario: no estar en el lugar en el que querrías estar debería ser suficiente motivación para ir por más. Y si querés terminar de convencerte, mirá a continuación algunas ventajas de gestionar una cultura organizacional sólida:

  • Primero, fija pautas formales e informales de comportamiento de todo el equipo de trabajo.
  • Segundo y como dije antes, inmuniza a la organización y repele patrones culturales opuestos.
  • Tercero, facilita el engranaje de todo el motor organizacional y facilita ir en dirección al objetivo.
  • Cuarto, favorece la gestión del conocimiento transformándolo en una verdadera ventaja competitiva.

Esto sólo para comenzar.
Un saludo.

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×